La sal rosa del Himalaya es una sal de roca rica en minerales como magnesio, calcio, potasio e hierro a cuya combinación debe su color. Contiene más de 80 elementos naturales que se encuentran en el cuerpo humano y además en la proporción que el organismo necesita.
Muy apreciada en alimentación como elemento de calidad y diferenciador en la cocina. Es suave, ligera, con fino gusto salado, de tacto crujiente, para dar un toque especial a sus platos. Resulta perfecta para maridar con carnes y pescados actuando como catalizador que potencia los sabores.
Posiblemente lo más puro que la naturaleza le puede ofrecer a tu cuerpo aportando numerosos beneficios y sin olvidar que en un alto porcentaje es cloruro sódico. Se ofrece como un producto sin tratamientos químicos ni aditivos, nada que ver con la que conocemos como “sal de mesa” o refinada, que se trata de una sustancia agresiva que sobrecarga el organismo. Vale la pena sustituir un alimento perjudicial como la sal refinada por este tipo de sal como aporte de equilibrio.
Propiedades
Entre las numerosas propiedades que se le atribuyen, destacan:
Se puede considerar un potente antihistamínico natural.
Ayuda a mejorar el riego sanguíneo y a combatir las varices.
Ayuda a la asimilación de nutrientes y favorece una correcta digestión.
Ayuda a estimular el sistema inmunológico.
Ayuda a regular el contenido de agua en el cuerpo y favorece el drenaje de líquidos, colaborando positivamente en procesos de adelgazamiento.
Ayuda a la normalización de los valores de la tensión arterial.
Ayuda en procesos de artritis y reumas.
Ayuda en algunos trastornos o enfermedades de la piel, por su capacidad para eliminar agentes patógenos.
Ayuda a disolver y eliminar sedimentos y arenillas.
Ayuda a regular el nivel de acidez de las células del cuerpo.
Estimula el drenaje de toxinas del organismo.